
AMECAMECA, Méx.- El ruido de las motosierras advierte a los residentes de la región que los talamontes están cerca de ahí cortando árboles maduros y también jóvenes que después cargan en camiones para comercializarlos en aserraderos clandestinos.
Ese sonido lo suelen escuchar a cualquier hora del día: en la mañana, tarde, noche y madrugada. Y nadie los persuade de que cesen de realizar esa actividad ilegal porque portan armas de grueso poder que usan contra quien se interpone en su camino.
Varios de esos aserradores se encuentran en viviendas de San Pedro Nexapa, la comunidad más cercana al cráter del volcán Popocatépetl, así como en San Diego Huehuecalco, Santa Isabel Chalma y Santiago Cuauhtenco, otras de los poblados amecamequenses donde almacenan lo que extraen de los bosques de la zona de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.
Además de Amecameca, también están Ozumba, Ecatzingo, Tlalmanalco y Atlautla, municipios mexiquenses que forman parte de una área roja que ha sido devastada desde hace varios lustros por talamontes que provienen no sólo del Estado de México, sino además de Morelos, Puebla, Querétaro y Ciudad de México.
La tala clandestina en la región del Izta-Popo, continúa imparable. Funcionarios del Parque Nacional Izta-Popo calculan que las organizaciones delictivas que se dedican a esa actividad lucrativa obtienen ganancias similares a las que se generan por la venta de drogas.
Algunos de esos grupos hacen las dos cosas: comercializan la madera de los bosques de esa región del país y además hacen lo propio con sustancias tóxicas. Han diversificado sus actividades, también se dedican a la quema de carbón, robo de autos, de excursionistas, secuestro y hasta violaciones han cometido.
Para la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), la explotación inmoderada de los bosques es ya un asunto de seguridad nacional, porque las cubiertas forestales proporcionan servicios ambientales como oxígeno, captura de carbono y filtración de agua a los mantos acuíferos.
Anualmente se pierden cerca de mil hectáreas de arbolado adulto. Un árbol adulto tiene aproximadamente cuatro metros de madera, cada metro de madera está cotizado en el mercado a más de mil pesos, por lo que cada árbol les deja ganancias mínimas 4 mil pesos.
Además de las mil hectáreas que se pierden anualmente por la tala ilegal, otras mil son afectadas por incendios, plagas y deforestación en la entidad.
Desde el Congreso local alzan la voz
En los últimos dos años aumentó la tala ilegal de árboles en las inmediaciones de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, denunció el diputado local morenista, Camilo Murillo Zavala, quien es integrante de la Comisión de Protección Ambiental y Cambio Climático.
Por lo que ocurre ha exigido la intervención de la Secretaría del Medio Ambiente estatal y de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México para frenar esa actividad criminal.
El congresista dijo que, de acuerdo con denuncias ciudadanas, los bosques de pino encino, que son reserva de especies de hongos, flora y fauna silvestres, han sido devastados en los últimos meses por la tala clandestina con total impunidad, bajo la complacencia de las autoridades.
El legislador de Morena destacó que de acuerdo a reportes vecinales de habitantes de la región hasta hace dos años Probosque realizaba recorridos de vigilancia para evitar la tala, como parte de su responsabilidad en materia de inspección y vigilancia forestal en el Estado de México.
Es tan evidente la impunidad de este delito que en Amecameca operan en viviendas particulares, un promedio de 16 aserraderos de manera clandestina en comunidades como Santa Isabel Chalma, Santiago Cuauhtenco, Huehuecalco y San Pedro Nexapa, operados por talamontes y que la propia autoridad municipal reconoce que son devastados bosques a lo largo de la carretera a Paso de Cortés, acusó.
La diputada morenista, Anais Miriam Burgos Hernández, advirtió que en el Estado de México la tala ilegal de árboles es un delito cotidiano que se comete con alto índice de impunidad en muchos municipios, aunque el Código Penal estatal establece penas que van de los 12 a 20 años de cárcel y que en la entidad hay cinco zonas críticas en 18 municipios, una de ellas la zona del Izta-Popo donde se ubican los municipios de Amecameca, Ozumba y Ecatzingo.
En esta zona, explicó la legisladora, la tala ilegal se ha convertido en un grave problema para los bosques de Amecameca, Atlautla, Ozumba y del Parque Nacional Izta-Popo, siendo esta una de las áreas protegidas más antiguas de México, incluye los municipios de Texcoco, Ixtapaluca, Chalco, Tlalmanalco, Amecameca, Atlautla, Ecatzingo y Ozumba, región invaluable por los servicios ambientales que proporciona, especialmente por la provisión de agua que abastece a los habitantes de Valle de México, Puebla-Tlaxcala y Morelos, la región más poblada del país.
La congresista por Chalco, comentó que en estos municipios todos saben del saqueo, de los aserraderos clandestinos y de las enormes áreas verdes que han clareado por el derribo de árboles, pero que es un tema del que nadie quiere hablar por las amenazas que reciben, por lo que se busca impulsar un trabajo coordinado entre las distintas dependencias y ámbitos de gobierno para combatir este problema que afecta al medio ambiente, a los comuneros y a las futuras generaciones.
El ayuntamiento de Amecameca, a través de la primera regiduría, encargada de la comisión de ecología, ha emprendido una campaña de concientización y llamado a autoridades federales para reforzar la vigilancia ante el aumento de taladores.
Ha convocado a reuniones con autoridades de los tres niveles de gobierno y a los representantes de los municipios vecinos de los bosques. La intención es crear estrategias y emprender juntos la campaña de protección de los bosques, pues más de 400 hectáreas han sido sometidas y explotadas por talamontes, lo que ha afectado a las especies que habitaban en esos lugres y a los miles de habitantes de la región de los volcanes.
Gritos desesperados de ayuda
En Atlautla, integrantes de Bienes Comunales de San Miguel han denunciado desde hace varios meses tala clandestina en el Santuario de la Mariposa Monarca, que se encuentra en el paraje de La Joya Redonda.
“La tala clandestina se agravó un poco más por el hecho de que Semarnat nos suspendió el aprovechamiento que se venía desarrollando en el cual se le daba trabajo a mas de 70 familias del pueblo de San Miguel Atlautla, por que no tienen el modo de seguir adelante”, dijo Marco Antonio, uno de los comuneros.
Desde que comenzó la pandemia de Covid-19 los ejidatarios detectaron a un grupo de personas de las comunidades de San Pedro Nexapa, Atlautla y del municipio de Ecatzingo que se dedican a la extracción de árboles en esa zona.
“Estamos en una zona limítrofe con otros municipios y los vecinos los tienen ubicados, pero por el miedo a una represaría no han querido señalarlos directamente, tenemos hechas las denuncias ante la Fiscalía de Regional de Amecameca, pero no han hecho nada y dicen que si no los agarramos infraganti no se puede hacer nada”, explicó.
Cada año cientos de mariposa monarca llegan a ese paraje, que se encuentra a un costado del Parque Nacional Izta-Popo, donde los comuneros realizan los trabajos para su conservación.
“Habíamos cerrado el lugar por la afluencia de la gente, pero nos dimos cuenta que lejos que nos ayudar nos estaba perjudicando, aparte que la gente no respeta, y por la pandemia buscaban zonas al aire libre entonces tuvimos que reabrir el fin de semana pasado, con las medidas sanitarias”, dijo.
En el municipio de Ecatzingo los habitantes advirtieron que si sorprenden en flagrancia a los rapamontes que han afectado la zona boscosa los van a linchar.
Los residentes se han percatado de que de manera cotidiana bajan camiones cargados con madera del monte, lo que ha provocado el malestar colectivo.
“Si los integrantes de los bienes comunales siguen permitiendo que sigan sacando madera, nosotros mismos los pararemos por la fuerza a los camiones que vienen cargados”, alertaron.
“Hemos notado que los vehículos suben al monte por la tarde cuando está oscureciendo y bajan ya cuando está oscuro para que la gente no se dé cuenta, pero sí nos damos cuenta lo que hacen, entonces el pueblo va actuar contra ellos”, dijo otro de los vecinos.