
Abilene Figueroa López.
OZUMBA, Méx.- Hace más de 60 años las nieves artesanales de limón las despachaban en cucuruchos de papel y costaban sólo 12 centavos, recuerda Rosario Rojas Flores, que junto Francisco Valencia Flores continúan con la tradición familiar.
Diariamente ambos hermanos instalan su carretilla con su bote de madera sobre la calle Sor Juana Inés de la Cruz esquina con Benito Juárez.
Entrevistados por Amaqueme informaron que fue su abuelo Juan Rojas el precursor y contaron parte de la historia en la que ellos son la tercera generación de neveros artesanales.
“El que comenzó con este negocio de la nieve artesanal fue mi abuelito, Juan Rojas Silva, después siguió mi papá Mario Valencia Rojas, son 68 años en el negocio de la nieve”, precisaron.
Rosario dijo que su padre, Mario Valencia comenzó a elaborar la nieve gracias a su abuelito, quien le enseñó el oficio.
“Mi papá fue de las personas que comenzó a ranchear, andaba vendiendo en las calles, andaba caminando con su carretilla”, relató Francisco.
Los hermanos llevan 20 años poniéndose atrás de la presidencia para ofrecer su exquisito producto, que en algunos casos, aseguraron sirven como remedio para algunos males.
“Nuestra nieve también sirve para remedios, para la gripa, la tos e infecciones, para cauterizar cuando sacan lo dientes o las muelas, ya que les quema la encía para que no sangre”, detallaron.}
Este pequeño negocio familiar es conocido por prácticamente todos los ozumbenses, incluso hay clientes que los visitan con frecuencia y no han perdido el gusto de comer una deliciosa nieve.
“Sentimos bonito de que hablen bien de mi papá, vienen y nos cuentan vivencias que tuvieron con mi padre”, expresó Rosario.
Sus precios son accesibles a pesar de que el azúcar ha elevado sus costos, tratan de no aumentar tanto el precio de sus nieves.
“Conforme van subiendo las cosas, pues nosotros le vamos subiendo, pero no a un precio muy alto, el vaso más chiquito lo damos en diez pesos, el que sigue es el de 13, el otro 15, hay uno de 18 y el más grande de 25”, informó Francisco.
También recordó que antaño las nieves no se vendían en vasos desechables como ahora, sino en “cucuruchos” de papel.
“Doce centavos el vasito de nieve, antes se despachaba en unos cucuruchos blancos, de los que ponen en los hospitales para tomar agua, en esos antes vendía la nieve, después se fue metiendo el vaso”, externó.
Con respecto al proceso de elaboración, los hermanos explicaron de manera breve la receta:
“Ponemos la tina y le echamos el hielo con sal, al a bote le ponemos el agua con azúcar y la ralladura de limón”.
Finalmente invitaron a la población a probar sus deliciosas nieves o hacer sus pedidos para fiestas, en calle Matamoros número 37 en el barrio de Santiago de esta cabecera.