12 de marzo
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Joel Avelar de León

Imagenes Aldo. A. Aranda

   AMECAMECA, Méx.- Casi cubierta por los árboles que se encuentran su alrededor, la torre de vigilancia de la extinta Unidad de Explotación Forestal de la exfábrica de San Rafael, sigue en pie a más de 65 años de construirse.

    Bonifacio Netro Nájera, exalcalde de este municipio y cuyo tío, el ingeniero Juan Nájera, trabajaba en dicha UEF, contó en entrevista con AMAQUEME que la torre era una de las cuatro que la fábrica construyó en Atlautla, San Juan Atzacualoya, Zavaleta y Texcoco.

   Precisó que las estructuras metálicas se instalaron para que personal de la factoría, ya desaparecida, vigilara incendios, “chamusquinas” o brotes de fuego que se registraban en las “faldas” de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.

   Informó que las casetas contaban con radio de comunicación y equipo.

   Recordó que el titular de la unidad de Explotación, conocida comúnmente como “la forestal”, era el ingeniero Felipe Burgos Martínez.

  Comentó que a la fecha solo se mantiene en pie la de este municipio, específicamente frente a la capilla de Gualupita, en la parte más alta del cerro del Sacromonte.

   Otra de ellas estaba ubicada en San Juan Tepecoculco, comunidad perteneciente al municipio de Atlautla; una más en un cerrito localizado en el lado izquierdo de la carretera de Santo Tomás-Zavaleta y, la otra, en una zona poblada de árboles localizada frente a una sucursal del restaurante “San Agustín”, en lo que anteriormente era la carretera vieja México-Cuautla.

    Netro Nájera, que también fue diputado del distrito local, refirió que la UEF contaba con dos cabañas para el personal asignado a esas tareas: una situada junto al edificio actual del DIF, sobre la calle Paseos del Sacromonte y la otra, en la subida norte del cerrito, donde construyeron unos baños para los visitantes.

   Aunque dijo desconoce el año exacto en que fue construida, externó que debió haber sido a fines de los años 50 o muy a principios de los 60.

   En la actualidad, la torre, cuya altura supera los 14 metros, no es posible verla desde determinados puntos de la cabecera, particularmente de la parte norte porque la tapan varios árboles de mayor tamaño.

  El reportero de AMAQUEME cursaba el sexto año de la primaria en la “Antonio Caso”, ubicada en los «pies» del cerrito y subió a la plataforma de la torre con un grupo de amigos, aprovechando la ausencia de personal; ello debió suceder entre 1975 y 1976.