Jorge Martínez Cordero
COCOTITLÁN, Méx.- En las primeras horas de la madrugada, cuando más cala el frío intenso, Javier Galicia Castro y José Evodio Zacarías inician su jornada de trabajo en la cosecha de maíz.
Antes de que despunte el día, vestidos con ropa gruesa, sombrero, guantes de carnaza y una navaja especial para cortar y deshojar las mazorcas, los dos agricultores empiezan a trabajar en sus terrenos.
La fría mañana del miércoles cuatro de diciembre, el reportero de AMAQUEME entrevistó a José y Javier mientras formaban mogotes con las cañuelas secas de la milpa seca.
Javier explicó que el tiempo del maíz blando que tiene numerosos derivados para su comercialización, prácticamente ya ha pasado y actualmente es la cosecha de las mazorcas.
“Este trabajo también requiere comenzar muy temprano; la diferencia es que ahora debemos enfrentar las heladas mañanas y ganarle al sol”, asentó.
El campesino por herencia manifestó que es la tercera generación de su familia dedicada al campo, aunque en su caso pudo estudiar y terminar una carrera técnica como desarrollador de sistemas.
Dijo que combina su tiempo para sembrar los campos y trabajar en su profesión en una empresa de la Ciudad de México, de manera virtual.
Explicó que el trabajo que hacen en estos fríos días consiste en recolectar las mazorcas, al mismo tiempo que separan las cañuelas que sirven como pastura para los animales, formando paquetes de hoja utilizados para la envoltura del tamal.
Hizo hincapié en la diferencia entre las variedades de maíz amarillo y blanco, explicando que el primero, al ser más duro se utiliza para la masa de las tortillas, mientras que el segundo, debido a que es más blando, es ideal para la masa de los tamales.
Además de ello, se selecciona la calidad de cada mazorca para desgranarla y utilizarla como semilla, sembrándola cuando llega el momento adecuado.
Apuntó que como los campos en este municipio son de temporal y no de riego, en algunas temporadas han tenido dificultades con las cosechas, ya que no logran cumplir con los tiempos, lo que les ocasiona fuertes pérdidas económicas.
Su compañero José Evodio señaló que, aunque el trabajo del campesino es duro, es muy reconfortante saber que los agricultores son una parte importante en la alimentación de las personas.
Ambos campesinos pidieron que la gente tome conciencia de todo el trabajo que se realiza en el campo, que comprendan lo que significa para que los alimentos lleguen a su mesa, y que apoyen consumiendo los productos que cada campesino produce.
