12 de marzo

***El legado pirotécnico de los hermanos Martínez Elías, una tradición que resiste el paso del tiempo y la modernidad

Jorge Martínez Cordero

   SAN GREGORIO CUAUTZINGO, Méx.- los hermanos Martínez Elías han sido durante más de tres décadas los principales encargados de iluminar el cielo de las festividades religiosas con la magia de sus creaciones de fuegos artificiales.

Su arte, un legado artesanal transmitido de su abuelo a su padre, de este a los hijos a ahora a sus hijos, ha logrado mantenerse vigente.

Sigue siendo el alma de las celebraciones locales, así como de otros municipios del Estado de México, a pesar de los retos y transformaciones que ha enfrentado la industria.

   La labor en el taller «Los Tres Hermanos» va más allá de ser solo una fuente de ingresos: es una pasión forjada desde cero.

Desde el meticuloso corte de papel y cartón hasta el cuidado en el manejo de cada material y la fabricación artesanal de cada pieza pirotécnica, todo es realizado con dedicación.

Su trabajo les ha brindado una satisfacción personal al ver cómo la gente disfruta de su esfuerzo y creatividad.

Su trabajo es una tradición que han sabido preservar a pesar de las adversidades.

A lo largo de los años, la industria de la pirotecnia ha cambiado, y las regulaciones gubernamentales se han vuelto más estrictas. Esto les ha exigido innovaciones a los hermanos Martínez Elías constantes para mantenerse vigentes en su actividad.

El taller, donde por cuatro generaciones ha trabajado toda la familia cuenta con certificaciones avaladas por la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que les permite operar bajo las normas de seguridad más estrictas, garantizando la protección de su entorno y evitando accidentes.

Sin embargo, Alejandro y Juan Luis Martínez Elías afirmaron que la expansión urbana y el crecimiento desmedido de la mancha urbana representan una amenaza para su oficio.

A medida que se construyen más viviendas y la población crece, el centro de trabajo familiar ha tenido que reubicarse trasladarse en más de una ocasión para garantizar la seguridad de todos.

A pesar de estos desafíos, la familia se mantiene optimista, comprometida y entregada a su oficio. Conservan la esperanza de que su arte siga brillando, haciendo brillar los cielos y su trabajo sea apreciado.

La historia de los hermanos Martínez Elías es un claro ejemplo de cómo una tradición artesanal puede perdurar en un mundo que cambia constantemente.

Su pasión por la pirotecnia, que da identidad a su comunidad, es un testimonio de resistencia y un llamado a seguir preservando lo que nos conecta con nuestras raíces.